Un buen entorno laboral, la clave para mejorar la productividad
Diversos estudios han llegado a la conclusión de que la productividad laboral depende en gran medida del entorno en el que trabajemos.
El entorno laboral es uno de los aspectos más determinantes en el crecimiento y desarrollo de un negocio, sin importar si es grande, mediano o pequeño, o si se trabaja de forma autónoma. Por esta razón, es importante estar atento a todos los elementos que benefician o perjudican al bienestar en el trabajo.
Cada persona tiene unas costumbres y una manera de trabajar, por lo que para alcanzar los objetivos de empresa, es necesario adaptar y permitir que los trabajadores ajusten su espacio de trabajo a sus necesidades. De esta forma, al sentirse cómodos y crear un buen entorno laboral, serán más productivos en su jornada laboral.
Es necesario fomentar un buen ambiente de trabajo, ya no solo a nivel social y de relaciones entre compañeros, sino también en lo relacionado al espacio de trabajo. Un espacio confortable y bien equipado puede levantar el ánimo de los trabajadores y, por lo tanto, aumentar directamente su productividad.
En el Centro de Negocios Coslada sabemos lo importante que es el espacio de trabajo para desarrollar un negocio, por eso nos preocupamos de que nuestras oficinas de alquiler reúnan las condiciones que necesitas en cada momento, facilitando así el crecimiento de tu negocio.
¿Qué entendemos por entorno de trabajo?
En 2013, la OMS lanzó la Estrategia de Recursos Humanos 1, que destaca la creación de un entorno de trabajo propicio basado en la colaboración, la ética, la justicia y una gestión moderna del personal.
El entorno laboral se define como las características organizacionales que afectan la práctica profesional, destacando la comunicación, la colaboración, el desarrollo profesional y el empoderamiento de los trabajadores.
Hasta ahora, el entorno de trabajo o laboral ha tenido importancia fundamentalmente desde su repercusión en la producción de bienes y servicios, así como sobre la salud de los trabajadores. Pero, en las últimas décadas se ha dado un paso más, poniendo de manifiesto que los entornos laborales, con su cultura y clima organizacional, así como las características estructurales y organizativas de sus recursos humanos, determinan además los resultados en salud.
Por todo esto, se hace necesario crear un buen entorno laboral en cualquier empresa, los trabajadores aumentarán su rendimiento al sentirse bien en su puesto de trabajo y con sus compañeros.
¿Cómo puede un buen entorno laboral mejorar la productividad de un equipo?
Un espacio de trabajo óptimo depende de factores externos que se pueden modificar para alcanzar el nivel de comodidad que necesitan los trabajadores para ser productivos:
- Calidad del aire. Puede parecer una tontería, pero un espacio bien ventilado, sin una sobrecarga en el ambiente, influye directamente en la concentración de los trabajadores.
- Una oficina debe estar climatizada necesariamente, porque ningún exceso es bueno, ajustar la temperatura será crucial para evitar dolores de cabeza y sensaciones de saturación que disminuyan la productividad. Demasiado calor nos da sueño y apatía, y el frío contrae nuestros músculos y nos desconcentra. Por ello, conseguir que la temperatura de nuestro espacio de trabajo sea agradable y acorde a cada época del año es fundamental para optimizar la productividad.
- Nivel de ruido. El exceso de ruido provoca una disminución del nivel de concentración de los empleados. Es fundamental contar con un espacio aislado acústicamente para evitar ruidos externos innecesarios.
- Oficinas funcionales. El diseño y organización del espacio es uno de los factores más determinantes. Los entornos colaborativos donde los empleados vean a sus compañeros es la mejor manera de aumentar su productividad. Además, debe estar bien distribuida y ser espaciosa para moverse sin complicaciones ni molestar al resto de trabajadores. Contar con espacios flexibles y multidisciplinares y poner a disposición de los trabajadores salas de reuniones, zonas de office o cafetería, entre otros, influye directamente en su bienestar, y por ende, en su productividad. Además, los accesos a cada uno de estos espacios deben ser fáciles y no deben interrumpir el trabajo del resto de compañeros.
- Iluminación. Contar con despachos que reciben luz natural del exterior es mucho más beneficioso que tener encendidas luces artificiales para mejorar la concentración de los empleados. Por otro lado, hay que tener en cuenta que, hoy en día, gran parte de las labores se desarrollan a través de un ordenador o cualquier otro tipo de dispositivo electrónico. Por eso, es importante tener en consideración las luces complementarias, con el objetivo de evitar la fatiga visual.
- Las zonas de descanso. Muchas veces las jornadas se hacen intensas por algún imprevisto de última hora o una reunión que se alarga. Contar con una zona de descanso donde el ambiente sea más distendido y poder desconectar es fundamental para la optimización de la productividad, donde el trabajador podrá descansar y recuperar todas sus facultades.
- Practicidad, funcionalidad y ergonomía del mobiliario. Todo el mobiliario de oficina debe estar adaptado a las necesidades y características de cada trabajador, como su peso y su altura, favoreciendo una correcta postura y evitando posibles lesiones. Para ello, escoger muebles ergonómicos, flexibles y adaptables es una de las decisiones más importantes con el fin de garantizar la salud física de las personas.
- Los colores para una oficina. Otro de los aspectos fundamentales que influyen tanto en la productividad como en el estado de ánimo de los trabajadores son los colores de una oficina. Pueden llegar a potenciar la creatividad y la innovación de las personas, aumentar su nivel de rendimiento y proporcionar tranquilidad y calma. Algunos de los colores para una oficina más recomendables son, entre otros, los blancos y grises para una sensación de orden, tranquilidad y limpieza; los azules, como sinónimo de libertad y concentración, o los tonos verdes y naturales para espacios que fomentan la creatividad y las ideas innovadoras.
- Los aromas. Existen estudios que demuestran la influencia de algunos aromas en la productividad, como el limón, el jazmín, la canela, la lavanda o el romero, y cada uno, tiene su función. Mientras el limón favorece la concentración y tiene propiedades relajantes, el jazmín y la lavanda ayudan a calmar los nervios. Por su parte, la canela ayuda a combatir la fatiga mental y centrar el enfoque, y el romero se considera favorable para la memoria.
Beneficios de un buen clima laboral
- Mejora el estado anímico, físico y mental de cada trabajador.
- Incrementa la creatividad de los colaboradores y fomenta su desarrollo profesional.
- Facilita la relación del empleado con el entorno y los compañeros y mejora las relaciones sociales.
- Mejora la gestión de los equipos de trabajo.
- Reducción del absentismo laboral.
- Mejora en la retención de talento de una empresa.
Conclusiones
La inversión en recursos humanos, la gestión de capital humano y la generación de un buen clima laboral van de la mano, todo se traduce a su vez en un beneficio económico y organizacional para las empresas. La rotación de personal puede convertirse en un fuerte gasto de recursos y tiempo y el buen clima laboral y la satisfacción de los empleados son aspectos clave para combatirla.